DeletedUser
Guest
Muere en un sueño, se asusta, le agarra un infarto y muere de verdad.
Está oscureciendo, es tarde ya, y tu pareja parece tardar mucho. Bueno, nunca ha destacado por su puntualidad. Subes el volumen de tu reproductor de música, te ayuda a que la espera sea más amena. El volumen es muy alto, lo sabes, es malo para los oídos, pero es sólo esta canción, te dices a tí mismo. Luego lo bajo, no creo que pase nada por un poquito de decibelios.
Cruzas un momento la calle, has visto algo en un escaparate que te ha llamado la atención. Te dispones a cruzar, cuando un frenazo llama tu antención. No llegas a ver el coche más que cuando tu cara se estrella contra el parabrisas. Notas como tu cuerpo vuela unos metros y aterriza en el suelo. No ves nada, sólo notas dos cosas, la sangre que brota por tu cara, y un insoportable dolor en las piernas y en el pecho. Tus costillas están rotas, lo sabes, por que jurarías que lo que estás tocando ahora es una de ellas asomando por entre la carne. Moverte no es una opción, y oyes cómo el coche huye, dejándote solo en mitad de la calle.
Nadie pasa. Nadie. No te puedes mover del sitio, no puedes levantarte, no puedes ni gritar. Aunque es lo que más deseas en el mundo. No sabes cuánto tiempo pasa, solo que es demasiado. Sigue sin venir nadie. Demasiado tiempo...
Finalmente aparace una silueta caminando. Se agacha a comprobar cómo estás, pero da igual. Estás muerto.
(es broma)