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Las míticas malditas

skadi

Aprendiz de todo :D
Equipo de Grepolis
Os traigo unos textos que redacté hace años para un evento sobre Grepolis... me gustaría compartirlos con vosotros. Quizá leídos del tirón no tengan tanto sentido como el que tenían en mitad de un juego, pero me gustaría poder releerlos y, porqué no, mejorar mi propia historia.
Ahí va la historia de cuando las míticas contrajeron un virus divino... y os juro que este relato es de 2018 y nada que ver tiene con la pandemia actual real. Aquí empieza su historia...


Las criaturas míticas han contraído un virus divino en mitad de las celebraciones por el cumpleaños de Grepolis y se han revelado contra los dioses, pululan a su libre albedrío sembrando el pánico por los mundos grepolianos.
Para ayudar a los dioses y a los mortales a curarlas y volver a su estado normal, hay que resolver una serie de enigmas y pasar las pruebas. Solo así encontraremos las piedras mágicas con las que ayudar a salvarlas.
El mortal que reúna la mayor cantidad de piedras mágicas, será bendecido con el favor de los dioses y recibirá suculentas recompensas.



Los enigmas de la vidente

Un avistamiento de arpías haciendo círculos en el cielo nos llega desde la isla de la reina Penélope, debemos ir allí a investigar y encontrar al menos una pista para curar el virus de los seres mitológicos...

Llegados a la isla, la vidente nos ha revelado un acertijo

Uno de los dorados guerreros divinos,
hará renacer el terror de las míticas;
jamás se contará un horror más grande,
que llegará a ser maldición bíblica.


Y entre todos hemos decido continuar el camino en dirección Atenas, para averiguar un poco más sobre los sucesos con las unidades de los dioses. ¿Templos, cáliz, serpientes, pegasos?
Sin embargo, no toda la cuadrilla quiso entrar con nosotros en la cueva y se fueron a dar un baño cerca del puerto pero no estaban allí cuando llegamos. Como teníamos algo de prisa y el mar estaba lleno de hidras alteradas, decidimos ir al embarcadero 87 y montarnos en el primer barco que vimos. Ya nos alcanzarían los demás, para ello les dejamos una nota en el obelisco del ágora (esperemos que no la retiren los vigilantes del monumento y podamos reencontrarnos en Atenas).

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La biblioteca de Aspasia de Mileto

Sin contar con la ayuda divina de Zeus, estamos vivos de milagro. Partimos del Puerto de Forcis con normalidad excepto por los rezagados que se quedaron en tierra, pero al llegar a alta mar nos ha caído una tormenta cuyo origen aún tenemos grabado en la retina. Ni Homero pudo describir un brutal ataque de esta magnitud. Decenas de Hidras y Mantícoras estaban agitando el mar y el cielo para provocar nuestro naufragio y los pequeños botes de transporte comerciales que acompañaban nuestro navío fueron los que a duras penas nos llevaron a tierra. Si bien es cierto que llevábamos la escolta justa y se perdieron casi todas las naves. ¿Quien iba a atacar un envío de almohadas de lana hasta Atenas?

Llegamos al Pireo exhaustos y aún nos quedaba llegar a la ciudad. Un comerciante que se dirigía allí nos ofreció un medio de transporte a cambio de algunas monedas de oro. Una vez en Atenas, comenzamos la búsqueda de la bilioteca empezando por el barrio de Thissios desde donde teníamos una vista magnífica del Ágora de la ciudad. No fue difícil encontrar la biblioteca porque en la ciudad todo el mundo conoce a la esposa de Pericles.


Un basto templo era el refugio de los preciados manuscritos. Una amplia sala nos da acceso al interior, de olor a papiro viejo. La bibliotecaria nos orienta un poco y nos selecciona una serie de manuscritos sobre míticas que nos pueden ser de utilidad. Entre las decenas de ellos yo comencé por uno que me llama la atención cuya portada tiene un cáliz dorado que destaca entre unas oscuras letras carmesí “Criaturas míticas fantásticas y donde encontarlas”.

Hemos averiguado en el documento, que un brebaje de vino añejo de la antigüedad, se utilizaba para la domesticación de los seres divinos y alteraba su consciencia. Sin embargo, se dejó de utilizar debido a que en algunos seres los efectos eran imprevisibles o podrían caer en malas manos y causar desgracias terribles sobre la población humana y otros seres vivos. Las míticas pertenecían al mundo de los dioses y solo con su permiso y la devoción humana a estos, podrían viajar a la tierra a ayudar a los mortales.
Los efectos podrían revertirse gracias a unos minerales con propiedades curativas que se podrían extraer en las minas de Laurión al sur de Atenas. Pero hace siglos que las minas están cerradas debido a una leyenda sobre humos malditos y una posible puerta al Hades.

No obstante, en el manuscrito se menciona un cinturón mágico que alberga gran cantidad de poder y que fue regalado a una reina Amazona por el mismísimo Ares. El cinturón era de un oro extraordinario, adornado con piedras preciosas. Los manuscritos indican que se creó con materiales de las minas de Laurión cuando estaban activas. Viajeros, nos vamos al campamento de las Amazonas.

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El campamento de Hipólita
Por todos es conocido que en el campamento de amazonas no entra nadie que no sea de la tribu y mucho menos que no sea mujer. Así que tendremos que adentrarnos con sumo cuidado para acceder al cinturón y extraer las piedras mágicas. Es la única manera de comprobar si es un simple cinturón o la forma de curar a las unidades míticas dañadas.

El tiempo apremia, y la noche se cierne sobre nosotros, cuidado con las trampas del campamento y rogad a los dioses para que nos os sorprendan las amazonas entre sus terrenos.


Un desastre, ha sido terrible. Hemos perdido a compañeros a manos de las amazonas. Esperemos que Hipólita tenga clemencia, al menos antes de que se entere de que hemos robado su preciado cinturón de oro.
Pero no han sido las trampas de ellas las que nos han delatado, había alguien más allí. Varios guerreros encapuchados estaban en los túneles y los vimos varios de nosotros. Con el revuelo y los pasadizos estrechos uno de ellos perdió una greba de color dorado pero lo tomamos para examinarlo después.

El cinturón estaba guardado en una especie de cofre deslustrado y descuidado, intentando no aparentar el tesoro que se hallaba en su interior. Al abrirlo, un destello dorado nos ilumina el rostro y entre las figuras talladas destaca una batalla entre amazonas y centauros. Sin embargo, la vista se nos va a tres hermosas piedras que porta una Erinia cuyo fulgor resaltaba la belleza del artilugio.
Aparentemente no tenía mucha utilidad para un mortal nada más que como protección pero para una hija del Dios de la Guerra desataría todo su poder.

¿Cómo será el funcionamiento de las piedras? ¿Dirá algo el libro de la biblioteca de Aspasia?

Lo que teníamos claro es que o resolvíamos lo que sucedía con los seres divinos y obteníamos el favor de los dioses o estaríamos en un buen lío con las amazonas. Pero ya estábamos en un buen lío en general.
Además, no teníamos pensado quedarnos con el cinturón, ¿verdad?

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Las Dunas del Inframundo

Tenemos muchas pistas pero no conseguimos entender cómo esas piedrecitas podrían ayudar a curar a las míticas. La única solución es volver al principio, al enigma de la vidente.
¿Cuál es el terror de las míticas?
Se quedaron mirando el cinturón… y donde estaban las piedras se fijó en la Erinia del grabado. El único ser que puede aterrorizar a humanos y bestias legendarias y según se cita en el libro que tomaron de la biblioteca, podrían ser las Erinias, “seres vengadores y llenos de ira, terror de seres humanos y divinos”. ¿Dónde hallar a las Erinias?


Un aventurero, quien recogió la greba se quedó parado mirándola fijamente. Estaban agotados y necesitan descansar así que simplemente la guardó en la mochila y pasaron la noche en un refugio muy alejados de las amazonas.
En mitad de la noche, empezó a tener sueños que le alteraron sobremanera. Iba caminando por un desierto de arena negra como el infinito, con solo la iluminación de unas piedras de colores y por más que avanzaba solo había oscuridad y vacío. Entonces llegó a una orilla y bebió agua del riachuelo que corría a sus pies con un cáliz dorado que había sobre una repisa. Al introducir el cáliz en el agua, las piedras comenzaron a centellear y agitarse en su mano de una forma fantasmagórica. Del susto cayó de bruces, y junto a él cayeron al suelo las gemas, la copa y el agua. En ese momento, al contacto de las piedras con el agua negra, todo empezó a cambiar y adquirir vida al paso del carro de Helios.
Se despertó abruptamente y asustado, casi despierta a los demás y se metió la mano en el bolsillo para comprobar que las piedras seguían ahí en su sitio. Sacó el cinturón y se quedó mirando, hasta que decidió intentar sacar las piedras. A pesar de lo que pensaba, se soltaron con relativa facilidad. No quería que le llamaran loco.. pero tomó agua y acercó las piedras a ella. No ocurrió nada. Pero algo vibró en su mochila que ahora estaba cerca a las piedras.
Sacó la parte de armadura dorada y las piedras comenzaron a centellear y agitarse como en su sueño. Guardó todo apresuradamente e intentó no despertar a nadie, pero estaba completamente muerto de miedo y no sabía que hacer. Se acurrucó junto a los demás de nuevo.
¿Qué demonios estaba pasando?¿El sueño quería decirle algo? Habrá sido el vino, que nos pasamos antes de ir a dormir...

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La tumba de Areta de Cirene


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Continuará




Idea Original de Itaka, marzo 2018
 
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