DeletedUser
Guest
LA LEYENDA DE VICKAREL
Capitulo 1
Cuenta la leyenda, que años después del exitoso asedio de la ciudad de troya, existió un mirmidon, que siguió las enseñanzas de Aquiles y busco un puñado de simples soldados y los convirtió en Mirmidones.
Durante varias lunas los lidero en batallas y combates que se recordaran durante eones. Su dedicación por sus aliados lo llevo a confiar demasiado en un conocido, alguien a quien el creía un amigo, cuando en realidad este estaba diagramando una trampa para hacerlo caer. Este conocido, le pidió que cuidara de sus tropas a cargo y su ciudad mientras se ausentaba una temporada, ya que, salia en busca de una cruzada personal.
Vickarel con gusto acepto, porque como mirmidon daría su vida y la de sus ejércitos por cada uno de sus aliados y amigos. Pero este acto de bondad absoluta le jugaría una mala pasada. Por designio de nuestros dioses ninguno de nosotros puede hacerse cargo de las tropas y las ciudades de un compañero, por mas hermano que sea, por mas amigo que sea. Esto esta castigado con un viaje sin retorno a los brazos de Hades. Lo cierto es que eso, Vickarel lo desconocía. Y acepto felizmente la petición de esta persona. Al momento de partir hacia su cruzada personal, este ser con toda la malicia que puede tener un traicionero persa, hablo con los dioses para informar lo que aquí sucedía, pero oculto en otra piel, para que no supieran que era el. Vickarel al enterarse de esto, exploto en cólera y ordeno a sus mejores hombres que arrasaran su ciudad con todos dentro. Esto encolerizo a los dioses, porque tal matanza, tal dominio del poder, era sobrenatural tanto que Ares tuvo que declarar que el no participo en la ira de Vickarel hacia la ciudad de su enemigo. Como era de esperarse, las hordas mirmidonas rompieron las puertas de la ciudad como se rasga el papel con las manos. Y tomaron esa ciudad. Pero el daño ya estaba hecho, no había oración ni sacrificio que apaciguara a los dioses, nadie podía calmar las enegresidas aguas de las costas y noche tras noche Vickarel escuchaba a Hades que lo llamaba.
Así es pues, Vickarel se armo de valor y una noche se atavió con su espada de dos manos, ya que no había razón para llevar escudo, se ajusto su armadura y se predispuso a saltar al averno, pero no a abrazar a Hades, no. A matar a ese dios traicionero y malicioso quien puso el deseo de traición en aquel a quien Vickarel consideraba un amigo, un hermano. Tomo antes de salir dos dracmas para pagar el pasaje en el barquero de regreso. Todavía tenia la ilusión de que saldría.
Se introdujo en lo mas profundo de la morada de Hades en su busca con solo un deseo, cercenar su cabeza. Lo único que lo motivaba era el deseo de reencontrarse con sus hermanos, aquellos a quien el mas quería y por quien estaba dando la vida en ese preciso momento. En ningún momento el dios se oculto del mirmidon, es mas, se sentó a esperarlo. Vickarel entro a una sala, hecha del marfil negro mas puro y brillante que alguien alguna vez logre ver, una gran alfombra roja decoraba el centro del salón y terminaba a los pies de un majestuoso, pero macabro trono negro. En el estaba sentado un ser, de cabello y barba negra, sus ojos negros, eran mas profundos que la misma inmensidad del cielo nocturno. Su piel blanca era comparable a un destello de luna llena en otoño. En su mano sostenía una copa de vidrio, llena de sangre y restos humanos. El olor a putrefacción podía sentirse a lo lejos. Vickarel sabia que se encontraba frente a quien debía enfrentar, para así saldar su deuda y poder regresar a seguir luchando junto a sus hermanos.
Vickarel desenfundo su espada y al grito de: "¡MIRMIDONES!" en recuerdo por sus hermanos corrió presto al combate contra Hades. Y lo envolvió una espesa niebla. La niebla dejo caer un cuerpo casi petrificado, en ese momento Hades coloco su mano en su cuello y un hilo de sangre comenzó a correr, se retiro mientras su rostro denotaba gran sorpresa y su vez daba la orden que las ciudades de Vickarel sean custodiadas por las mas feroces tropas del abismo y que permanezcan ahí treinta lunas para que luego de ese tiempo se abran las puertas. Solo los mas valientes y osados soldados que deseen recuperar el honor de su hermano caído en batalla intentarían atacarlas.
Seguí a Vickarel hasta el fondo del averno, como cualquiera de nosotros lo hubiera hecho. Lo vi morir y escuche las palabras de Hades, todavía siento el grito de Vickarel resonar en mi cabeza cuando cierro mis ojos. Todavía lo veo, sin miedo, con los pies plantados en el suelo blandiendo la espada en contra de un dios. Fui en su auxilio y cuando cayo al suelo pude ver como sus ojos perdían su brillo para convertirse en piedra. Tome su espada y las dos dracmas y nunca mas volví a nuestra ciudad. Ahora paso mis días contando la leyenda y esperando que las puertas se abran, para luchar como el lucho, para alzar esta espada que corto la piel de Hades en contra de nuestros enemigos.
Como nuestro hermano es nuestro deber, recuperar sus ciudades y traer la paz a nuestras tierras. Esa, es la leyenda de nuestro héroe mirmidon Vickarel y yo pasare mis días contando su historia para que no sea olvidada.
Prepárense, el combate sera muy pronto.
Última edición por un moderador:
